Claudio Arrau León nace el 7 de febrero de 1903 en la ciudad de Chillán. Su núcleo familiar estaba compuesto por su madre Lucrecia León, pianista; su padre Carlos Arrau, médico oftalmólogo que fallece en 1904 a la edad de 48 años y sus dos hermanos: Carlos y Lucrecia (Quecha). Arrau mostró habilidades en el piano desde muy pequeño y fue su madre quien notó rasgos de niño “prodigio” y tuvo un rol importante en la configuración de su carrera. A los cuatro años ya tocaba la Sonata en do mayor (K. 545) de W. A. Mozart y las Kinderszenen de R. Schumann; a los cinco años ofrece su primer recital en el Teatro Municipal de Chillán, el 19 de septiembre de 1908. Esta presentación a beneficio fue organizada y apoyada por la banda del regimiento de la ciudad.
En 1909 la familia se traslada a Santiago con el propósito de encontrar un profesor para el pequeño pianista. La familia viajó con una carta de recomendación dirigida al escritor Antonio Orrego Barros, personaje importante en el ámbito cultural de la época. Arrau comenzó a audicionar para los parlamentarios en busca de una beca; gracias a estos contactos llegó a tocar frente al presidente de Chile, Pedro Montt, el 30 de septiembre de 1909, en compañía de ministros, artistas como Enrique Soro y diplomáticos. El 22 de febrero de 1910, bajo el proyecto de presupuesto de instrucción primaria en las sesiones del Senado, se le designa una beca para su educación. Esta pensión le permite seguir con las clases que le impartía el profesor Bindo Paoli, destacado pianista de la época con quien tomó clases entre 1908 y 1910. El 29 de marzo de 1911 se aumenta la beca para permitirle continuar sus estudios en Europa, tras lo cual Lucrecia, Claudio y sus dos hermanos se dirigen hacia Berlín. Tras estudiar con Waldemar Lütschg y Paul Schramm, en 1913 conoce a Martin Krause gracias al contacto de Rosita Renard, destacada pianista chilena que estaba estudiando en Europa con una beca otorgada por el gobierno chileno. Krause era el profesor de Renard en el Conservatorio Stern de Berlín. Es aquí donde Arrau y Krause comienzan a tener una relación excepcional y Arrau se convierte en su obra maestra. Gracias al apoyo del maestro, Arrau logró ingresar como estudiante al Conservatorio Stern pese a que aún no tenía la edad requerida.
El primer recital de Arrau en Berlín fue el 10 de diciembre de 1914 en el Künstlerhaus, interpretando obras de Bach, Beethoven, Gernsheim, Henselt, Chopin y Liszt. Su segundo recital fue dos meses mas tarde en el mismo lugar y tuvo una gran cantidad de público. Así fue como empezó a brindar recitales con un repertorio cada vez más desafiante, lo cual evidenció su talento y persistencia en su carrera musical, sin embargo, todo esto se vio empañado por la muerte de su maestro el 2 de agosto de 1918. A causa de esto, Arrau comienza a acercarse al psicoanálisis junto al Dr. Hubert Abrahamson. En los años 1921 y 1928, Arrau volvió a Chile a realizar conciertos. En 1926 el Conservatorio Stern lo nombra profesor ocupando el puesto que había dejado Krause, trabajo al que renunciaría en 1939, producto de la Segunda Guerra Mundial. En 1927 obtuvo el primer premio en el Concours International des Pianistes de Ginebra. Desde 1922 el pianista comienza a grabar para varias casas discográficas. Desde 1952 fue intérprete de la compañía internacional Decca; posteriormente en 1955 Harry Walter Legge, productor discográfico de música clásica, lo invita a incorporarse al sello EMI y finalmente, en 1964, se asoció a Phillips.
En 1940 abandona Alemania para comenzar una nueva vida en Estados Unidos junto con su esposa Ruth Schneider y sus hijos. Este país pasó a ser el centro de sus actividades musicales, en conjunto con su manager Friede Rothe, a quien conoce en 1941 en el Carnegie Hall. En las décadas de 1930 y 1940 logra establecer una gran reputación a través de sus recitales como solista, debutando en México en 1933 con quince recitales en un lapso de trece semanas. En 1944 acumuló ciento noventa y siete compromisos musicales en Norteamérica, donde se incluían once conciertos con la Orquesta de Filadelfia, nueve con la Orquesta Sinfónica de Chicago, seis con la Orquesta Filarmónica de New York y seis con la Orquesta de Boston, asimismo en la década siguiente el promedio de sus recitales fue de 130 por año. Cabe destacar que sus conciertos como solista también eran intensos, en la década de 1960 ejecutó diecisiete conciertos por Sudamérica en veintidós días, además de seguir visitando Europa y México donde fue nombrado como “Hijo predilecto”. En Inglaterra también se destacó con sus interpretaciones desde su debut en el Royal Albert Hall en la década de 1920. En 1959 se presenta en el Royal Festival Hall interpretando cuatro conciertos dedicados a Beethoven, asimismo interpreta los conciertos para piano y orquesta del mismo compositor en Londres bajo la batuta de Klemperer y de Krips. En 1961 ejecutó nueve conciertos con Sir Adrian Boult en tres veladas de gala dentro de un lapso de dos semanas.
En relación al ámbito pedagógico podemos mencionar la formación de diversos pianistas, donde destacan la chilena Edith Fischer, Ena Bronstein – también nacida en Chile – , además de David Lively y Philip Lorenz. Es importante mencionar que Arrau nunca volvió a residir en Chile, producto de su extensa carrera internacional. Sin embargo, visitó en diversas ocasiones su país, presentándose en diferentes ciudades con un extenso repertorio y contribuyendo a su vez a la renovación del vocabulario musical, puesto que interpretó no solamente un repertorio clásico-romántico, sino también compositores modernos. Entre 1921 y 1967 visitó Chile en un total de veintidós veces y en 1944 el gobierno chileno le entregó una medalla de oro “en reconocimiento al honor concedido a su país”. En 1984 vuelve a Chile luego de ausentarse diecisiete largos y controversiales años con una emotiva gira, donde fue elogiado no tan solo por los músicos de la época, sino que por todo el público chileno. Como antesala a este viaje, en 1983 le fue otorgado el Premio Nacional de Artes, mención Música, premio que fue punto clave para este regreso.
Los años posteriores, específicamente 1988 y 1989, estarían marcados por episodios lamentables para Arrau: su hijo Mario murió en un accidente automovilístico; al tiempo después muere su querida hermana Quecha y por último Ruth Schneider, su compañera de vida por mas de cincuenta años, quien fue diagnosticada con cáncer y muere meses mas tarde. Dos meses después de la última muerte, Claudio sufre un accidente donde se vio forzado a dejar el piano por un tiempo, sin embargo, al recuperarse decide volver a los escenarios.
La carrera y vida de Claudio Arrau terminan el 9 de junio de 1991. Tenía prevista una gira para retirarse de los escenarios a los 89 años, en el festival Schumann en Düsseldorf el 14 de junio e inaugurar el Museo de Johannes Brahms en Mürzzuschlag, Austria. Sin embargo, el 7 de junio fue hospitalizado y operado por una obstrucción intestinal y, pese a que la operación no fue invasiva, su corazón y pulmones no lograron resistir. A petición de él su funeral fue realizado en Chile, donde pertenecía su corazón. El año 2005, gracias al financiamiento de la Municipalidad de Chillán, se construye el Museo Claudio Arrau León, donde se conservan fuentes importantes del legado del maestro. El museo es un punto clave para preservar, conocer y estudiar la figura del intérprete entre quienes se han interesado por investigar y escribir acerca de él, pero además busca acercar a las personas no especializadas en la música a la extensa carrera de Claudio Arrau León.
